Alentejo portugués

El tiempo parece discurrir más lentamente en una de las regiones que mejor preserva la esencia de Portugal. Suaves y ondulantes paisajes envuelven armoniosos pueblos de blanco, ocre y añil, donde el mar no se ve pero se intuye. Como en pocos lugares, sus gentes tienen un apego especial a las tradiciones y  modo de vivir, sosegado, el mejor modo de disfrutar de su exquisita gastronomía tradicional acompañada con los afamados vinos alentejanos.

El Alentejo es una región privilegiada, aún por descubrir. Évora, su capital, es Patrimonio de la Humanidad, marcada por la impronta de los reyes portugueses durante la expansión marítima. Vila Viçosa es la perla de la dinastía real de los Bragança, enriquecida con palacios e iglesias que nos recuerdan a Italia. En Estremoz sorprende ella abundancia de mármol en sus edificios o su animado mercado semanal de productos de la tierra y antigüedades. Elvas, Patrimonio Mundial y “Llave de Portugal” preserva el mejor conjunto de fortificaciones abaluartadas de Europa; Monsaraz, pintoresco conjunto medieval amurallado, es el mejor mirador para disfrutar de puestas de sol únicas sobre paisajes interminables.